El engorro de la celulitis que afecta a casi todas las mujeres no se muestra de igual forma en todos los cuerpos, ya que existen 3 tipos distintos de la afección.
Para entenderlo mejor, te diré que la celulitis es un tipo de grasa y, de hecho, el cuerpo humano precisa de una cantidad mínima para desenvolverse saludablemente, regular la temperatura corporal, segregar hormonas y por supuesto, reservar energía.
Sin embargo, el problema aparece cuando un exceso de ese tejido adiposo se instala en el cuerpo, pudiendo diferenciar dos clases: la grasa blanca y la grasa parda.
Y la celulitis resulta ser un tipo de grasa blanca que también se diferencia entre 3 grupos o tipos, según determinadas características que analizaremos a lo largo de este artículo.
¿La piel de naranja forma parte de tu vida y te gustaría despedirte de ella? Para ello, primero deberás saber que grado de la afección tienes y hoy te lo ponemos más fácil que nunca.
Descubre todo lo que tienes que saber sobre los desagradables hoyuelos de sebo que se marcan bajo la epidermis y conoce como ganarles la batalla de una vez por todas, a continuación:
Indice
Grados de la celulitis
Podemos clasificar en 3 grupos los casos de celulitis, según la gravedad:
- Leve. Se trata de la denominada “piel de naranja”, debido a su apariencia rugosa y ligeramente flácida, sin exceder las 4 depresiones superficiales.
- Moderado. El problema se agrava un poco, ya que hay entre cinco a nueve depresiones de profundidad más marcada, de apariencia grumosa y moderadamente más flácida que la anterior.
- Severo. Es el grado más avanzado. Su aspecto a simple vista es de acolchado y muy flácido, la piel está severamente cubierta por diez o más depresiones profundas.
Los 3 grupos de celulitis y cómo tratarlos
Ahora que seguramente tienes una ligera idea de cada tipo, vamos a hondar más en el tema para darte algunas claves valiosas y así reducir los indicios de estos fatídicos signos que afean el cuerpo:
Celulitis Blanda
En este caso estamos hablando del grado más habitual y que se da en mujeres jóvenes de entre 30 a 40 años.
Para identificarla deberás fijarte en las siguientes particularidades:
- La piel está flácida y con apariencia gelatinosa, o lo que es lo mismo, como si de un flan se tratara.
- Al tocar el área afectada, se suele hundir adoptando el típico aspecto de piel de naranja.
- Esta clase de lesión no es dolorosa, pero sí que va acompañada de una sensación de pesadez y se da con más facilidad en los muslos, glúteos y brazos.
- Suele aparecer con más frecuencia en personas sedentarias y se acostumbra a reforzar el tratamiento con una dieta para adelgazar.
¿Qué tratamientos hay?
Los tratamientos más comunes en esta fase de la afección son masajes para favorecer la circulación sanguínea y el sistema linfático para trasladar la grasa localizada (pueden ir acompañados por cremas anticelulíticas específicas).
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También son válidos los masajes de radiofrecuencia y si está muy avanzada, se estimulan las zonas afectadas mediante masajes linfáticos a través de la presoterapia.
En algunas ocasiones, tal y como hemos comentado, para solventar este tipo de celulitis se aconseja complementar con algún régimen especial intensivo, siempre supervisado por un doctor o especialista en nutrición.
Celulitis Dura
Los rasgos de esta fase de la celulitis son contrarios a los del grado anterior, pues la sensibilidad cutánea aumenta acarreando molestias.
Se trata de uno de los tipos más comunes en la etapa de la adolescencia y si no se trata como es debido, puede perdurar hasta la edad adulta.
Por lo general, se reconoce por los siguientes síntomas:
- La piel se vuelve más rígida, presentando sensaciones de frío y de calor en las áreas perjudicadas.
- Esta reserva extra de grasa provoca molestias físicas e incluso dolencias en las partes afectadas.
- Al tener una apariencia semejante a un bloque compacto muy duro, es capaz de romper el tejido cutáneo produciendo estrías.
- Suele ocurrir por una mala alimentación, en la que predominan las grasas saturadas y altos niveles de calorías.
¿Cómo combatirla?
Igual que en la fase anterior, siempre hay que complementar el remedio con una dieta equilibrada elaborada por un experto.
Sin embargo, este grado de celulitis tiende a ser algunas veces hereditario y hormonal, por lo que habría que consultar con un médico si los tratamientos en cuestión no surgen efecto.
Y esta vez lo más común es hacerlo por medio de la vacumterapia, una técnica francesa que consiste en succionar la epidermis, rompiendo así los depósitos de sebo y reforzarlo con la radiofrecuencia.
Asimismo, existen situaciones que requerirán otro tipo de método, como la mesoterapia; unas inyecciones de líquido en las áreas afectadas que facilitan la disolución de los nódulos de grasa.
Celulitis Edematosa
Y el grado más severo de celulitis, pero el menos común, es una mezcla de los dos tipos anteriores, es decir, la suma de la celulitis blanda y la dura.
Es más complejo, aunque muy poco frecuente y suele aparecer en mujeres de edades comprendidas entre los 20 y los 40 años, sobre todo en casos de obesidad y falta de ejercicio físico.
Reúne los siguientes rasgos:
- Aparece en las piernas, dándoles un aspecto rígido e hinchándolas para darles una apariencia totalmente recta.
- Las extremidades inferiores están repletas de nódulos.
- Puede llegar a ser doloroso al tacto.
- Causa debilidad y puede desencadenar otras dolencias como fatiga, astenia, estrías, varices, varicosidades, mareos, etc.
- Es la menos relacionada con procesos hormonales y pese a que cada caso es único, su aparición está ligada con los malos hábitos como el consumo de tabaco y alcohol, además de una alimentación muy pobre en alimentos depurativos y la carencia de ejercicio.
¿Cómo tratarla?
Para liquidar este tipo de celulitis deberás eliminar los líquidos a través del sistema linfático, mejor si se lleva a cabo de manera natural.
No obstante, al tratarse de un rango más complicado y avanzado de la enfermedad, lo más recomendable es asistir a una clínica médico-estética de confianza para recibir asesoramiento personal, ya que no hay sólo un tratamiento que la combata, sino el conjunto de una diversidad más o menos amplia, según cada caso.
Algunos de los tratamientos más conocidos para tratar la celulitis edematosa son la presoterapia, la termoterapia, la electroterapia, la radiofrecuencia, la mesoterapia, los ultrasonidos, la iontoforesis, las infiltraciones homeopáticas, la cavitación y la exudación con algas, entre otros.
Para que los efectos sean positivos, el complemento idóneo es una dieta baja en sal, exenta de grasas saturadas, sin ni una gota de alcohol, evitando los dulces y los fritos; y llena de alimentos diuréticos que promuevan el drenaje del organismo, así como alimentos que favorezcan la circulación sanguínea, es decir, los llamados venotonicos.
Consejos anticelulíticos muy efectivos
Sea cual sea el grado con el que te sientas identificada, lee los siguientes secretos preventivos que te ayudarán con este problema que afecta a más del 90% de la población femenina occidental:
- No dejes de aplicarte una crema anticelulítica a poder ser dos veces al día, acompañada de un masaje, ya sea con la mano o con la ayuda de algún utensilio específico.
- Realiza regularmente ejercicios aeróbicos y de tonificación.
- Procura adoptar una dieta rica en proteína, baja en calorías, exenta de grasas saturadas y azúcares refinados.
Esta fórmula perfecta para eliminar la grasa, toxinas y líquido no tiene desperdicio, anótala en tu mente y ponla en práctica enseguida: dieta equilibrada + ejercicio regular + cremas anticelulíticas = ¡adiós celulitis!
Con todos estos consejos, no importa que tipo de celulitis tengas, acabarás con ella.