Exfoliante: qué es, para qué sirve y cómo utilizarlo

Quizá sigues unas buenas rutinas de limpieza y cuidado facial pero se te olvida un paso importante: el uso del exfoliante facial. Es un cosmético fundamental y no te puede faltar, tanto en el rostro como en el cuerpo.

Para que sepas más sobre este producto vamos a explicarte qué es, para qué sirve y lo más importante: cómo utilizarlo correctamente.

Debes saber que tu piel es importante para tu salud no solo a nivel estético, sino también porque te protege de las agresiones del exterior. Tener una piel saludable es sinónimo de salud. Exfoliar es necesario, pero hay que saber hacerlo bien porque no puedes abusar.

Es más, solo debes exfoliar de dos a tres veces tanto tu cuerpo como tu rostro. Hacerlo más veces es contraproducente porque dejarías a tu dermis expuesta a las agresiones externas al eliminar la barrera protectora de tu piel.

Qué es el exfoliante

Un exfoliante es un producto cosmético que está pensado para eliminar las células muertas de tu dermis así como toda la suciedad que puedas tener. Desincrusta los poros para evitar que te salgan comedones abiertos o cerrados y te deja la piel suave y regenerada.

Te explicamos más sobre los comedones en el siguiente link: todo lo que debes saber sobre los comedones en tu piel. 

Una exfoliación habitual te permitirá tener un rostro bien cuidado, rejuvenecido, con menos manchas dérmicas, libres de espinillas o puntos negros, y por supuesto, con un aspecto mucho más vital.

Puedes utilizar exfoliantes caseros o comerciales. En el caso de los caseros, es normal que sean mecánicos y que tengan pequeñas partículas para arrastrar todas esas impurezas, como sería el caso del azúcar blanco o el azúcar moreno mezclado con aceite de oliva virgen extra o con limón exprimido.

exfoliante con azúcar

Lo mismo ocurre con la avena en polvo, que también lo puedes combinar con otras sustancias naturales para poder exfoliar tu rostro. Por ejemplo, la avena, es más suave que el azúcar, por lo que deberás escoger el ingrediente que mejor se adapte a tus necesidades dérmicas en caso de querer usar uno que sea casero.

También están los exfoliantes comerciales, que están pensados para que solo tengas que utilizarlos, pero tendrás que escoger uno de buena calidad y con ingredientes naturales y respetuosos con tu piel para que puedas obtener buenos resultados.

Existen dos tipos: los químicos y los físicos. En el primer caso, suelen ser menos agresivos que los primeros y no te causan irritaciones ya que sus compuestos son los encargados de limpiar tu dermis sin necesidad de arrastrar la suciedad. Los químicos son las mejores opciones para las pieles sensibles.

Pero por otra parte, en el segundo caso, cuando hablamos de químicos, estamos ante productos con micropartículas encargadas de eliminar toda la suciedad y células muertas arrastrándolas.

Si tienes la piel sensible puedes notar que te raspa un poco en la dermis, e incluso que te causa pequeñas irritaciones. Aunque en la actualidad, existen mecánicos con partículas muy pequeñas para evitar que esto te ocurra y que puedas usarlo sin miedo a lesiones cutáneas.

Para qué sirve

Ahora que sabes qué es el exfoliante y qué tipos hay, es importante que sepas para qué sirve y cuáles son los beneficios de utilizarlo habitualmente. Los más importantes que debes tener presente son:

  • Eliminas todas las células muertas de tu dermis
  • Regenerarás la piel y se verá más joven y saludable
  • Tendrás la piel oxigenada
  • Previene los signos del envejecimiento prematuro
  • Activa la circulación sanguínea
  • Tu piel tendrá un aspecto unificado y con más vitalidad

Para eliminar los puntos negros y espinillas debes saber más sobre ellos, conoce a tu «enemigo» facial aquí: cómo prevenir los puntos negros y espinillas.

Y todos estos beneficios los obtendrás usando el exfoliante facial tan solo dos o tres veces por semana. Recuerda que no tienes que hacerlo más veces de las recomendadas porque solo acabarías provocándote problemas dérmicos.

Incluso, si compras un cosmético de este tipo y la marca te dice que no pasa nada por usarlo todos los días, no lo hagas. Es mejor que tengas unas rutinas de exfoliación para dos o tres veces por semana y ya está (dejando descansar tu piel dos o tres días entre exfoliaciones).

¿Sabes que hacerte un exfoliante casero es más fácil de lo que te piensas? Descúbrelo aquí: haz tu exfoliante en casa.

exfoliante casero

Cómo utilizarlo

Tu piel se renueva cada tres semanas aproximadamente pero el ciclo de renovación va cambiando con el paso de los años, y por eso la exfoliación es necesaria para forzar a que la dermis se regenere y se renueve y mantener así un buen estado.

Siempre que vayas a exfoliar tu rostro (o tu cuerpo) deberás hacerlo con la dermis humedecida para evitar irritaciones. Por supuesto, antes de usar el exfoliante es fundamental que te hayas limpiado la piel concienzudamente.

Una vez que tengas la piel limpia y ligeramente humedecida, podrás utilizar el producto escogido para exfoliar tu dermis de forma efectiva.

Aunque debes saber que no debes utilizar un exfoliante para el cuerpo y luego para la cara o a la inversa. Las necesidades dérmicas de tu rostro nada tiene que ver con las de tu cuerpo.

En el cuerpo, incluso en zonas delicadas como talones, codos, manos o rodillas, las necesidades de exfoliación son diferentes a la de tu cara. Tu cutis tiene una piel más delicada y sensible y por eso tendrás que usar un producto específico para esta zona y otro para el cuerpo.

Otro aspecto que debes tener en cuenta, es que si tienes heridas o zonas irritadas, no podrás exfoliarlas hasta que la piel esté totalmente curada. Es mejor que esperes a hacerlo porque en caso contrario podrías empeorar las zonas afectadas.

Si te interesa conocer cuáles son algunos de los mejores exfoliantes para tu rostro, no pierdas detalle de los siguientes enlaces:

Ahora que ya sabes mucho más sobre lo que es, para qué sirve y cómo utilizar un exfoliante, estás listo/a para escoger un producto que se adapte a ti y a tus necesidades dérmicas específicas. Podrás mantener tu piel con un aspecto inmejorable y mucho más saludable.

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