¿Quieres calmar el picor de tu piel atópica? Sigue estos consejos

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Si sufres de dermatitis atópica sabrás que el síntoma más engorroso de esta afección dérmica es la picazón, pues afecta directamente a la vida cotidiana desencadenando otros males mayores, por eso hoy te traemos los mejores consejos para calmar el picor en la piel atópica.

De hecho, es probable que si tú, tu pareja o alguien de tu familia padece esta patología, la hereden también tus hijos y la verdad, no es nada agradable soportar el constante desasosiego que produce el prurito.

De entre las consecuencias que acarrea este signo tan molesto de dicha enfermedad de la dermis, se encuentra el insomnio, la ansiedad y hasta incluso la depresión.

Asimismo, puede ser responsable de agravar el estado de la piel, creando rechazo social algunas veces y un aislamiento voluntario en los casos más extremos.

Pero lo peor no es sólo eso, sino que el rascado incesante puede dar pie a posibles infecciones, aparte de involucrarse negativamente en la calidad de vida del paciente.

Así que la meta más buscada en estas situaciones es eliminar o al menos reducir el picor lo máximo posible, para evitar llegar a tales niveles.

Seguro que si has llegado hasta aquí es porque necesitas ayuda y estos trucos que te vamos a enseñar a continuación, te irán geniales para combatir la picazón.

Sin embargo, lo esencial para entender este factor de la atopia, es saber por qué se da y vamos a descubrirlo, antes de dar paso a los consejos tan esperados.

No dejes de leer y conoce todo lo que tienes que saber sobre el picor que crea el eccema ¡y así ganarle la batalla!

Causas que desencadenan el picor

La mala noticia de esta enfermedad de la dermis es que, por el momento, no hay una cura.

La buena, es que hay tratamientos específicos que cada vez van mejorando, impidiendo tanto como sea posible la aparición de efectos adversos.

Por lo que las expectativas de futuro de este engorro de la piel prevén resultados realmente esperanzadores en base a los estudios que se están realizando hasta ahora.

De todo el cuadro sintomático (sequedad, inflamación de las zonas afectadas, heridas cutáneas, furúnculos, etc.) lo más duro es soportar el increíble picor que provoca irremediablemente el rascado.

Y las principales causas son las siguientes:

La Sequedad.

La protección que actúa de barrera para preservar nuestro cuerpo de las agresiones externas y un óptimo estado general del mismo es la piel.

No obstante, al dañarse no puede mantener el porcentaje de hidratación necesario, se queda sin lubricación, desencadenando grietas y resecándose.

Dicho deterioro, activa la pérdida de las provisiones de agua y lípidos, sin control, conduciendo directamente a un empeoramiento de la situación y al prurito que puede llegar hasta niveles severos, por eso es primordial que la epidermis esté siempre bien hidratada.

No te pierdas: Eccema en manos: cómo tratarlo

Las Infecciones.

El rascado de una intensidad alta y continua suelen desencadenar las infecciones a raíz de las lesiones en el tejido celular epidérmico.

La misma no puede proteger al organismo de hongos, virus, bacterias y elementos alérgenos por la debilidad que le crea la condición.

Rascarse es contraproducente porque empeora la afección. Sabemos que los bebés y niños con atopia se rascan de manera inconsciente porque no son capaces de aguantar la picazón, con más ahínco mientras duermen.

Pese a todo, lo mejor para paliar la angustia que esto les supone es hidratar bien la piel, repararla tanto como se pueda, impedir la exposición a posibles desencadenantes y tomar consciencia de ello.

La Histamina.

Cuando el sistema inmunológico reacciona ante lo que determina como una posible amenaza, la histamina se libera descontroladamente.

Se trata de una hormona vasodilatadora que se encuentra en nuestras células, pero un exceso en nuestro organismo deriva en inflamación y genera las famosas reacciones alérgicas.

Por mala suerte, las personas que padecen dermatitis atópica no responden correctamente a ciertos estímulos, lo que conlleva a una liberación desproporcionada de la histamina que finaliza con el prurito.

Los agentes externos que más habitualmente la desencadenan son demasiado calor o frío, la humedad o sequedad en el ambiente, alérgenos que tengan contacto con la dermis, sudar, el estrés y los alérgenos alimentarios.

Te interesa: La alimentación más beneficiosa para la dermatitis atópica.

Los mejores métodos para lidiar con el picor

Existen distintos trucos o secretos para disminuir la odiosa picazón e incluso inhibirla el máximo de tiempo posible.

Hábitos eficaces

aplicar crema hidratante

Lo primero que servirá también a modo de prevención es adoptar ciertas rutinas que interferirán satisfactoriamente en la lucha contra el peor síntoma de todos:

La limpieza es esencial. Una dermis dañada necesita una higiene minuciosa y suave.

En las duchas o baños, procura lavarte con productos aptos para pieles atópicas que no contengan químicos, ni colorantes, ni tampoco conservantes, a poder ser lo más naturales posibles porque este tipo de condición epidérmica pierde el equilibrio del pH.

Ten presente que dichos baños no deberán exceder de los 10 minutos y siempre deberán ser con agua atemperada.

Descarta cualquier tipo de utensilio para el lavado, nada de esponjas, cepillos, manoplas o similares, las manos son la mejor opción para evitar agravar el estado del cuerpo.

Recuerda no frotarte al lavarte, pues podrías empeorar la patología. Sécate siempre con toallas cien por cien naturales y con toquecitos lo más suaves posibles.

¡Ah! Y no olvides cortarte siempre las uñas, lo más cortas que puedas.

Mantén siempre la hidratación. Para proteger y restaurar la barrera cutánea, lo ideal es utilizar emolientes que aparte de proporcionar nutrición e hidratación, sellarán las capas dérmicas.

¿Buscas la mejor opción? Atento a nuestra selección con las mejores cremas para la dermatitis atópica sin corticoides.

Lo más recomendado es usarlas un mínimo de dos veces al día y si lo haces tras la ducha, sobre la piel húmeda, notarás más sus efectos positivos.

Si te aplicas cremas, las más aconsejadas son las de base acuosa en vez de las de base oleosa y fíjate siempre en las composiciones, descartando cualquier producto que lleve perfumes, parabenos, demasiados conservantes, colorantes y químicos en general.

Siempre serán más sanas y benévolas para la afección todas aquellas fórmulas con activos naturales.

Encuentra tu ítem idóneo, aunque a veces es tarea difícil y debas cambiar a menudo hasta encontrar el que mejor se adapte a tus necesidades, lo único que deberás tener presente es que su efectividad se rige principalmente en la acción de ingredientes antiinflamatorios, reparadores y calmantes.

Una buena opción que cumple todos estos requisitos es la crema Piel Atópica de Akento Cosmetics.

Vigila el ambiente. El entorno es otro punto que deberás cuidar, no sólo evitando las temperaturas extremas, sino también los muy húmedos o excesivamente secos.

Procura que tu hogar, tu coche, el sitio donde trabajas y cualquier estancia donde pases la gran parte del tiempo estén siempre limpias y ventiladas.

Las alfombras y moquetas son una acumulación de alérgenos, polvo y un sinfín de microorganismos que más vale echar de tu vida.

Tanto tu ropa cuotidiana como el pijama, las sábanas de la cama y, en definitiva, el conjunto del textil de tu casa preferiblemente deberá ser de algodón puro y en el caso de las tapicerías, lo menos sintéticas que puedas.

A la hora de lavar las prendas, emplea detergentes con un porcentaje de elementos químicos mínimo y no incluyas nunca suavizante.

Una buena medida es aclarar la ropa por partida doble, en especial si es la de bebés o niños. Despídete de los ambientadores y de los insecticidas, sean cuales sean.

Además de tener siempre las mascotas desparasitadas y limpias, aunque en situaciones límites se pueda incluso llegar a la necesidad de prescindir de ellas.

Mímate y cuídate como si fuera una obligación. El ajetreo diario impide en muchas ocasiones que no prestemos a nuestro cuerpo y mente la atención que se merecen.

Debes remediarlo y adoptar ciertas rutinas muy aptas para combatir el picor y la enfermedad en general.

La comida es algo vital y deberás intentar que sea lo más sana y equilibrada posible. Dejando de lado el alcohol, las bebidas energéticas, los excitantes y semejantes, apostando por el agua y los zumos naturales para mantener la hidratación.

Asimismo, no sucumbas a las modas y no retires de tu dieta alimentos en concreto a no ser que te produzcan alergias o seas intolerante, ya que puede ser realmente perjudicial para tu organismo. Intenta consumir azúcar de manera moderada.

En cuanto a la ropa, deberá ser holgada, cómoda y como ya hemos mencionado más arriba, siempre de algodón, descartando los tejidos sintéticos y la lana.

Las colonias y perfumes son agravantes, así que vale más suprimir su uso. Disminuye también el empleo de desodorantes, tintes, maquillajes, espumas de afeitar, pintauñas, etc.

Ten cuidado con las joyas y la bisutería, puesto que pueden ser contraproducentes y acarrear reacciones negativas en la piel.

El ejercicio o el deporte son dos de las mejores claves para sentirse bien junto a otro tipo de actividades físicas, eso sí, procura no sudar en exceso y siempre darte una ducha suave al terminar.

Rebajar el estrés y los estados de nervios, será otro punto notorio, por lo que dar largos paseos en la naturaleza, realizar yoga, tai-chi, así como otras terapias similares, ayudarán mucho.

Productos naturales

remedios naturales piel atopica

Hay otras formas de afrontar la picazón con ítems extraídos directamente de la naturaleza que son tan o más eficaces que otros tratamientos.

Así que complementándolos con los trucos que ya te hemos explicado en el apartado anterior, serán todo un elixir próspero del cuadro sintomático:

Plantas medicinales. Las plantas medicinales son exitosas por calmar la irritación, reducirla y contribuir en gran medida a una mejoría del estado de la piel, equilibrándola y sanándola.

Existen muchas formas de usar dichos vegetales, pues se pueden tomar por vía oral mediante infusiones o añadiéndolos en los platos.

También se pueden aplicar a modo tópico impregnando vendas o compresas con la infusión, además de incluirlos en los baños y como aceites esenciales.

Como ves, hay un sinfín de utilidades que las plantas medicinales nos brindan para tratar este engorro de la dermis, sólo deberás elegir el que creas más conveniente o hacer un combo de todas.

En tu mano está la decisión y para hacerte una idea de cuáles son, te dejamos una lista de algunas de las que más se utilizan: Aloe Vera, Cúrcuma, Albahaca, Orégano, Avena, Camomila, Árbol del Té, Caléndula, Cola de Caballo, Eucalipto, Lavanda, Hinojo, Mandarina, Naranja, Menta Piperina, Pepino, Raíz de Regaliz, Tomillo, Tila, Salvia, Valeriana y Té Negro, entre otras.

Aceites. Los aceites naturales son célebres por liquidar la sequedad, suavizar y extenderse fácilmente por la epidermis.

Existe la versión esencial que se consigue mediante presión en frío y funciona añadiendo en el mismo aceite o en una crema algunas gotas, siempre previamente rebajado.

Lo bueno de este otro método es que no sólo se pueden aplicar directamente sobre el cuerpo o las zonas afectadas, sino que son un aliciente en muchas comidas que reforzará las defensas de las células dérmicas desde el interior.

Los más habituales son el de Oliva, Girasol, Soja, Onagra, Borraja, Coco, Aguacate, Maíz, Argán y Ricino, así como otros.

Otros productos beneficiosos. El agua de mar, el vinagre de manzana, los mismos emolientes o la lejía (aunque esta última no sea precisamente natural), pese a que pueda sonar un tanto extraño, son otra medida que ayudará a reestablecer la barrera lipídica y aminorar el picor.

Siempre se deberá de hacer con cuidado, añadiendo de una a dos tazas de sustancia en el baño y que el mismo no dure más de 15 minutos. No olvides aclararte con abundante agua tibia antes de salir.

Tratamientos médicos

fototerapia

¿Has oído alguna vez el refrán: es peor el remedio que la enfermedad? Pues en este caso, está directamente ligado con un mal uso de los medicamentos.

Ni se te ocurra automedicarte o sobremedicarte, en ninguna circunstancia.

En los brotes más graves con un prurito excesivo, el médico o dermatólogo será el que recetará en cualquier caso el subministro de fármacos tanto si son por vía oral como tópica, indicando cuándo y cómo tomar cada comprimido o aplicarlo sobre la piel.

Los tratamientos orales más frecuentes son los siguientes:

  • Antihistamínicos. Suelen recomendarse especialmente para reducir la hinchazón y minimizar la picazón, también en problemas de alergias y otros tipos de reacciones cutáneas.
  • Corticoides. Se trata de esteroides, por lo que siempre acarrean la posibilidad de efectos adversos, aunque sea muy baja. Reducen el cuadro sintomático en pocos días.
  • Inmunosupresores. Se usan explícitamente en casos de una gravedad plausible, cuando ningún otro método ha surgido efecto porque sus efectos secundarios son muy perjudiciales. Requerirán de analíticas periódicas, supervisión y control del doctor.
  • Antibióticos. No tienen ninguna efectividad en la enfermedad cutánea, pero curan las infecciones que puedan surgir en la piel. Asimismo, son contraproducentes, por lo que será el facultativo quién indique las instrucciones que tendrá que seguir el paciente.

Los tópicos más habituales son:

  • Corticoides tópicos. Algunas cremas los contienen y se pueden adquirir sin receta médica, pero siempre es preferible consultarlo antes con el doctor. Los efectos adversos son menos nocivos que en su versión oral.
  • Inmunomoduladores. Su eficiencia está demostrada y principalmente logran reducir la inflamación, la duración de los brotes y el picor. Como es de evidenciar, siempre requerirán un control facultativo y sólo se podrán comprar bajo receta médica.

En esta sección también se incluyen las siguientes prácticas:

  • Fototerapia. Esta praxis funciona imitando los rayos del sol UV y reduciendo los indicios de la patología considerablemente mediante el calor. No sirve en todos los casos, por lo que siempre deberá ser sugerida por un especialista sanitario.
  • Vendas oclusivas. Igual que la anterior, da muy buenos resultados, pero no está indicada para todos los casos de dermatitis atópica. Consta en aplicar unas vendas impregnadas en sustancias específicas en zonas infectadas o con posible riesgo de infección, tapándolas y manteniéndolas húmedas. El procedimiento siempre será realizado y supervisado por profesionales médicos.

Algunos trucos que vale la pena conocer

Y para finalizar, no está de menos saber ciertos tips o trucos que pueden ser unos aliados muy factibles en la guerra contra los indeseados síntomas:

Algunas acciones u objetos pueden servir como substitutos del rascado: dar golpecitos a un cojín, apretar y soltar los puños, rascar un muñeco de peluche o una tela, cualquier cosa que evite hacerlo en la piel dañada.

Intenta tener siempre las manos ocupadas en tu tiempo libre, ya sea con un libro, cocinando, cuidando el jardín o huerto, pintando, haciendo manualidades, tocando algún instrumento, escribiendo, etc.

Además, leer antes de dormir es una buena forma de conciliar el sueño y despistar la mente de la picazón que aumenta durante la noche.

Las técnicas de meditación, relajación y autocontrol son todo un tesoro porque llevar una vida tranquila y saludable será un empujón gigantesco. Algunos ejemplos son el mindfulness, thai-chi, yoga, musicoterapia, etc.

Estamos satisfechos de nuestra meta hoy: darte las pautas que más funcionan para calmar el picor que tanto condiciona la vida de quiénes padecen de piel atópica. Deseamos que puedas comprobar los óptimos resultados en poco tiempo.

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